Hace unos días atras se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Jacques-Yves Cousteau, el hombre que con sus viajes a bordo del mítico Calypso descubrió ante el común de la gente dimensiones desconocidas del mundo submarino y por ello era considerado, prácticamente, "el inventor del mar". Así como una vez, Carl Sagan nos elevó hacia las estrellas, Jacques nos sumegió de lleno en el mundo silencioso del mar. Y expresó: "¿El objetivo de mis viajes? Provocar una toma de conciencia en la gente" , y también definió el significado de ser un ecólogo: "No se trata de interesarse solo por la contaminación del mar o de la atmósfera; se trata de interesarse por la suerte misma del hombre".
Cierto domingo de 1936, un joven oficial de la marina francesa llamado Jacques Cousteau se ajustaba unas extrañas gafas, al mismo tiempo que acomodaba a su espalda unos pesados tanques de Oxigeno, permitiendo hacer posible uno de los mas grandes sueños del hombre, moverse libremente bajo el agua. Así empezó todo. Un mundo nuevo se había abierto ante los ojos de este hombre; un universo que, prácticamente era desconocido para casi toda la humanidad. Bancos de peces multicolores no parecen asustarse ante la presencia del intruso; enormes algas marrones, que se ondulan al compás de las olas, rozan las rodillas de los buceadores etc. Es un verdadero espectáculo. La vida de Cousteau cambio desde aquel instante, nadie se puede quedar impasible ante tanta belleza, la Naturaleza en su propio hábitat impenetrable y salvajemente tranquilo, y menos un hombre tan lleno de inquietudes. Cousteau sentía la necesidad de dar a conocer al mundo el espectáculo que comenzaba tras el vidrio de sus gafas de bucear, y así en 1938 puso manos a la obra, construyendo una caja estanca y poniendo una vieja cámara Kinamo de 35 mm dentro, y preparando los primeros metros de película para filmar tras unir cientos de carretes fotográficos de corta longitud. Estos esfuerzos hicieron posible, antes del nacimiento de la escafandra autónoma, el rodaje de la primera película , con sus pequeñas limitaciones. Pero la sofisticada tecnología desarrollada durante la segunda mitad de nuestro siglo, dio lugar a una mejora de calidad de los films, y a fin de cuentas nos ha permitido gozar en nuestros cómodos sillones tomando una copa o picando algo, contemplar en algunos videos o fotos todo el espectáculo que presencio Cousteau en sus muchos viajes, sorteando peligrosos mares, animales salvajes o territorios ostiles, como la Antártida. Hay muchas historias que contar sobre “Los Viajes de Jaques Cousteau", y cada uno confirman que el fue un hombre visionario.
Nacido el 11 de junio de 1910 en Saint-André-de-Cubzac (cerca de Burdeos), hijo de un abogado, se relacionó desde muy joven con el mar. A los diez años dio sus primeros pasos como buzo y a los 20 ingresó en la Marina.Durante la Segunda Guerra Mundial, fue espía de la Resistencia francesa. Al término de la guerra fue condecorado con la Legión de Honor, el galardón más alto otorgado por el gobierno francés.En 1946, siendo todavía oficial de la marina francesa, Cousteau creó, junto al ingeniero Emile Gagnan, la primera escafandra autónoma que liberaba a quien buceaba del pesado equipo que hasta entonces se necesitaba.Fue su primer éxito. La patente Cousteau-Gagnan le proporcionó durante medio siglo, gracias a las regalías, los fondos para llevar adelante sus expediciones. Un año después de aquel invento, Cousteau estableció el récord mundial de buceo en profundidad sin equipo (91,5 metros).
El Calypso.
Pero su carrera comenzó en realidad cuando un fabricante de cerveza irlandés patrocinó un viejo buque británico removedor de minas. Nacía el popular barco científico Calypso.El primer viaje del Calypso fue en 1951: desde Marsella navegó hasta el Mar Rojo, a buscar un navío romano hundido en el siglo II antes de Cristo.Durante 45 años, la nave fue su base en los viajes exploratorios. El 8 de enero de 1996, un choque con un remolcador lo hundió en el puerto de Singapur.Sus travesías por mares, ríos y lagos, incluyeron recorridos por el Amazonas, las Galápagos y el lago Titicaca. Las expediciones quedaron registradas en más de 150 documentales y unas 60 publicaciones.De las películas y series televisivas, se destacan dos premios Oscar (en 1960 y 1965) y la Palma de Oro ganada en Cannes, en 1956, con el documental "El mundo del silencio", dirigido por Louis Malle. Su fama se agigantó con la popular serie "El Mundo Submarino de Jacques-Yves Cousteau", filmada para cadenas estadounidenses en 1965."Hay que preparar a la Tierra para que aloje a 10.000 millones de personas en los próximos treinta años. Si no lo hacemos, esto se termina". La creciente contaminación de los mares, pero sobre todo, la superpoblación mundial fueron los dos grandes desvelos de Cousteau en sus últimos años. En su estrategia de supervivencia, proponía la conquista de los desiertos, y el uso de métodos modernos para crear nuevas selvas y favorecer los cultivos.El "Capitán de los océanos", como lo llamó el periódico Le Monde, había acuñado una frase célebre que resumía su visión del mundo: "En la vida sólo hay dos líquidos vitales: el agua y el dinero, y uno tiene que saber usar ambos con cautela".En un comunicado emitido en París, la organización ecologista Greenpeace señaló que "todos los que luchan por la protección de los océanos son un poco hijos del comandante Cousteau. Antes el público sólo veía la superficie de los océanos. Gracias a él, el público descubrió la vida que encierran y la necesidad de protegerlos por nuestro propio bien". Las visitas de Cousteau a la Argentina empezaron en 1962. El Calypso, entonces, amarró en los puertos de Mar del Plata, Buenos Aires y la península Valdés. Cousteau se dedicó a estudiar el comportamiento de las ballenas y los delfines.En 1986, con su moderno barco Alcyone visitó Ushuahia. Dos años después lo hicieron miembro de la Academia de Francia.El hijo del comandante Cousteau y copartícipe de expediciones, Jean Michel recordó que su padre solía repetir: "Quiero vivir, luchar hasta la muerte para vivir, ¿por qué? Por el mundo, la vida, la felicidad, el aire puro, las canciones, los pájaros en el cielo, los peces en el mar..." "La obra de mi padre es un himno a la vida. En la pared de mi escritorio figura una cita de mi padre: "la dicha, para la abeja como para el delfín, consiste en existir; para el hombre consiste en el saber y en maravillarse ante ese saber".
Falleció el 25 de junio de 1997 y a él le debemos el descubrimiento del maravilloso reino del silencio: el mundo submarino.
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