Uno de los métodos más conocidos consistía en otorgarle un nombre propio al gorila y que fuera capaz de reconocerlo, para así diferenciarlo de los demás y poder observarlo con mayor facilidad. Además, logró acercarse a los animales gracias a su intuición que le indicaba que mientras menos ellos la diferenciaran, más le permitirían acercarse. Así imitaba sus sonidos y comía ruidosamente apio salvaje al igual que ellos lo hacian. Sus estudios cambiaron mucho las nociones que se tenía a cerca de los gorilas, sobre los cuales existía el prejuicio de que eran violentos y carnívoros. Este mito se mantenía en el conocimiento popular alimentado por películas como King Kong. Pero, los esfuerzos de Dian no sólo se limitaron a estudiar a estas criaturas. También se dedicó a crear una conciencia en contra de la caza furtiva la cual estaba acabando con los gorilas. Hoy muchos opinan que si ella no hubiese dedicado su vida a esto, los gorilas pertenecerían hoy a las especies desaparecidas. Uno de los gorilas se llamó Digit, y fue éste con el que logró mayor comunicación, incluso al nivel de que él le permitía jugar con las crías y le daba su propia mano. Digit murió en una emboscada de cazadores furtivos defendiendo a su grupo familiar. Poco después, creó la Fundación Digit para recaudar fondos que ayudaran a la conservación de estos animales, los tranquilos y misteriosos seres que ella defendería hasta el fin de sus días. Por su extraña fascinación hacia estas magníficas bestias, muchos la rechazaron y la persiguieron, pues la consideraron una persona inestable que prefería el contacto con gorilas que con seres humanos. Sin causa aparente apareció brutalmente asesinada en su vivienda de Karisoke el 27 de diciembre de 1985. El crimen aun no ha sido resuelto, aunque se tejen un par de teorías. Elle fue enterrada en en el cementerio que había construído para gorilas a la par de su vivienda. Su vida fue recordada en la película Gorilas en la Niebla, el mismo título del libro que escribió contando sus vivencias en ese mundo salvaje. Su trabajo y muerte no fueron en vano, ya que hoy en día el gorila sobrevive y se puede ser bastante optimista acerca de su futuro.
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